Bajo Nuevo, un conjunto insular de arrecife, dejó de pertenecer a Colombia
Desde el 2013 Nicaragua ha venido incrementando la captura de langosta en Bajo Nuevo: hoy ya exporta 1210 toneladas al año, mientras que la flota pesquera colombiana ha visto caer en más de un 54 por ciento su producción.
El Bajo Nuevo, conocido también como islas Pretel, conformado por un pequeño conjunto insular de arrecife coralino y considerado el punto de tierra más septentrional del territorio nacional, prácticamente dejó de pertenecer a Colombia y hoy en día se encuentra en poder de militares y embarcaciones pesqueras depredadoras de la República de Nicaragua.
Pescadores revelaron que Colombia perdió los derechos exclusivos de explotación de los recursos pesqueros en uno de los puntos estratégicos de la región, como es Bajo Nuevo, lugar donde hoy le es imposible a los barcos de las islas llegar a ejercer la pesca comercial.
Allí las embarcaciones nicaragüenses se desplazan con todo tipo de armamento, apoyadas por patrulleras del Gobierno que ejercen la piratería, así como ocurrió el diez de diciembre de 2018 cuando el buque M/N Observer, de bandera hondureña, afiliado a una empresa colombiana, fue secuestrado por una patrullera en momentos en que hacía tránsito inocente entre los cayos Quitasueño y Serranilla, por una zona que no es de pesca.
Pescadores de San Andrés, que ya no pueden llegar a ese lugar a desarrollar su actividad por la falta de garantía y seguridad para su flota, aseguraron a EL CORREO que desde el momento mismo del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, año 2012, la flota de pesca colombiana ha estado sometida a un continuo hostigamiento por parte de la Armada nicaragüense.
Advirtieron los pescadores del departamento que, si las autoridades continúan poniéndole trabas a las embarcaciones pesqueras de la isla, el archipiélago terminará, muy pronto, perdiendo la soberanía sobre los cayos Serrana, Serranilla y Quitasueño.
Ahora, siete años después de ese fallo, la flota de pesca nicaragüense ejerce un control abusivo en las antiguas zonas de pesca que eran exclusivas de la República de Colombia, desplazando así a las embarcaciones pesqueras colombianas hacia los bancos que se encuentran localizados al este del meridiano 82.
Explican los pescadores que, por la falta de presencia de autoridad de Colombia en esa zona, cada año se observa el avance de la flota nicaragüense hacia las zonas del este, depredando los recursos del área que encuentra a su paso.
Esta estrategia impuesta por Nicaragua resultó mucho más efectiva para su industria pesquera, que la implementada por el Gobierno colombiano para ejercer soberanía en esa región.
Desde el año 2013 Nicaragua ha venido incrementando la captura de langosta en Bajo Nuevo, por eso hoy día exporta 1.210 toneladas de este crustáceo al año, mientras que la flota pesquera colombiana ha visto caer en más de un 54 por ciento su producción.
Bajo Nuevo está ubicado a 190 kilómetros, al este de Nicaragua, y 775 kilómetros, al noroeste de Colombia. Tiene una superficie de 100 kilómetros cuadrados, una longitud de 15,4 kilómetros, y una anchura máxima de 9,4 kilómetros. Su punto más alto es de 2 metros.
Embarcaciones isleñas en desventajas
Las embarcaciones de la isla de San Andrés para poder salir a ejercer la pesca deben enfrentar a las autoridades de Colombia por todas las trabas del mundo que imponen tanto para la documentación como para el permiso, cosa que no les compete. Hay muchas limitaciones para los barcos sanandresanos que se ocupan de estas tareas.
Afirman los pescadores que la veda de la langosta se levanta el primero de julio, y ese mismo día las embarcaciones extranjeras depredadoras de nuestro mar inician sus faenas, mientras que los barcos de la isla comienzan a capturar sus productos en el mes de septiembre, dos meses después que los buques foráneos han arrasado con todo.
Advirtieron los pescadores del departamento que, si las autoridades continúan poniéndole trabas a las embarcaciones pesqueras de la isla, el archipiélago terminará, muy pronto, perdiendo la soberanía sobre los cayos Serrana, Serranilla y Quitasueño.
Los pescadores de San Andrés son los únicos que realmente ejercen soberanía en las aguas del mar territorial del archipiélago que rodean nuestro departamento.
Además, estas empresas ejercen la pesca en condiciones de total desventajas ante los buques extranjeros que arrasan con el producto del mar del archipiélago. Por ejemplo, la flota nicaragüense desarrolla sus capturas con buzos provistos de tanques, lo cual en Colombia está considerado como pesca ilegal.
El Gobierno debe disponer de mayor pie de fuerza para custodiar a la flota colombiana, para poder así pescar en los bajos al sur de Luna Verde, puesto que en la temporada de fin de año se debe mantener el pie de fuerza próximo a las zonas de pesca, para asegurar la protección de la flota, expresaron.
Asimismo, los pescadores de la isla tienen que evitar que las patrulleras nicaragüenses se aproximen a los barcos de pesca de Colombiana.
Los pescadores le piden al Estado colombiano que en caso que exista otro acto de piratería contra una embarcación colombiana por parte de alguna patrullera nicaragüense, se debe evitar que el barco sea trasladado a agua nicaragüense.
Finalmente, expresaron que se deben perseguir los casos de pesca ilegal, como el empleo de buzos que viene ejerciendo la flota nicaragüense en las aguas en disputa.