Documento enviado por los gremios al presidente no surtirá efectos

El futuro de la economía de la isla es muy oscuro. El 18 por ciento de los almacenes ya ha desocupado locales y el 73 por ciento de los empleados quedará cesante. Es el momento para que el Gobierno del departamento demuestre su liderazgo.

El documento que los gremios de la isla le enviaron al presidente de la República no surtirá ningún efecto. Esta es la hora que ni siquiera lo ha contestado, ni tampoco ha dicho nada sobre su texto. Es que ni atención le va a prestar. El futuro de la economía de la ciudad es bastante oscuro y es el momento del Gobierno del departamento para demostrar su liderazgo y evitar que la economía muera, y es sacar a licitación lo más rápido posible las obras de este año para que la gente tenga trabajo, y por lo menos contratar por orden de servicios a unas 1.600 personas con sueldos de 1.300.000 pesos.

En el texto del documento enviado al jefe del Estado los gremios debieron colocar unas bases estructuradas por las cuales se está pidiendo ese dinero. Eso de decirle al presidente que mande plata para pagar los arriendos de los locales y los sueldos de los empleados, eso no lo va a hacer él, porque si se le da eso a San Andrés, se le va a ir encima todos los departamentos pidiéndole lo mismo.

Esto es lo que piensa el exdiputado Luis Fernando Cañón Flórez, quien aseguró que esa es mucha pretensión. Le contó a EL CORREO que hubiera sido mejor haber aterrizado sobre la ley de internación de mercancías al continente, solicitar que se exonere a San Andrés del IVA y de los impuestos que se pagan por llevar esas mercancías al territorio nacional. Esa hubiera sido una salida más suave para el comercio. Una cosa más ajustada a la ley y, sobre todo, lo que necesita San Andrés.

Conceder eso a San Andrés sería echarse el presidente media Colombia encima. Pero el Gobierno no se va a hacer cargo de pagar arriendo de locales en San Andrés, ni de empleados hasta diciembre, ni de nómina, ni de nada de esas cosas, dijo Cañón Flórez.

También hubiera sido posible que se hubiese pedido al Gobierno que se abriera una línea de crédito especial para los hoteleros y comerciantes de la isla para sostenerse unos seis u ocho meses, mientras viene nuevamente el turismo y las cosas empiecen nuevamente a funcionar. Eso era lo que tenía que haber hecho el gremio hotelero.  Viendo las circunstancias, eso hubiera sido lo más aterrizado, precisó el portavoz.

Los gremios solicitaron al primer mandatario la implementación de un plan especial de rescate del departamento con una inversión de 500.000 millones de pesos.

En el documento que enviaron los gremios al primer mandatario solicitaron la implementación de un plan especial de rescate del departamento con una inversión de 500.000 millones de pesos para mitigar el impacto que están viviendo los comerciantes de la isla por efecto de la pandemia.

Asimismo, se exige una subvención adicional para las nóminas de persona natural y jurídica desde la primera quincena de junio hasta diciembre de 2020, que incluya además los factores prestacionales, y cobije a las empresas prestadoras de salud IPS.

Mediante este documento también se le solicita al presidente una subvención para el pago de los servicios públicos, como energía, acueducto, alcantarillado, aseo y telecomunicaciones fijas de los períodos de abril hasta diciembre de este año.

Finalmente, los gremios también solicitaron al Gobierno subsidiar el cincuenta por ciento del valor de los arriendos de los locales comerciales y establecimientos formales de uso para explotación del servicio de alojamiento formalizados, así como de las personas naturales y trabajadores independientes que se han visto afectadas.

Aquí en San Andrés cada uno tira para su lado: los hoteleros pelean por sus hoteles, los restauranteros de ACODRES pelean por sus restaurantes, los tours operadores pelean por sus agencias de viajes, los de las posadas Nativas pelean por sus posadas Nativas. Nosotros, los comerciantes, no peleamos por nada, porque somos una colcha de retazo, que nada nos interesa. Esa es la triste realidad, dijo el exdiputado a este medio de comunicación.

En estos momentos hay muchos comerciantes que quieren cerrar sus almacenes, quieren trastearse, quieren irse. Han dicho que necesitan que esto se abra para llevar el camión y cargar con su mercancía, o para saber a qué acuerdo se va a llegar con el arrendatario. Si es que el arrendatario le va a rebajar el valor de su arriendo.

Los gremios también solicitaron al Gobierno subsidiar el cincuenta por ciento del valor de los arriendos de los locales comerciales.

Cañón Flórez dijo que es el momento del Gobierno del departamento demostrar su liderazgo y es sacar a licitación lo más rápido que pueda las obras que tiene para licitar este año para que la gente tenga trabajo a través de esas obras civiles. Y lo segundo es que la Gobernación tiene que dar por lo menos 1.600 órdenes de prestación de servicios, pero de esas que pagan 1.200.000 o 1.300.000 pesos, para tratar de contratar la mayor cantidad de gente desempleada posible, con el propósito de tratar de inyectarle un poquito de dinero a la economía. Eso para que la economía no se muera. Al no haber flujo de caja, la economía se muere. Máxime que la economía de la isla es una economía circular. En San Andrés la plata circula entre nosotros mismos, no se va para otra parte.

Otro problema grave que tiene el Gobierno departamental es seguir con el comercio cerrado, porque la gente necesita trabajar y algo puede vender aquí internamente. Porque la Gobernación de dónde va a sacar mercado para darle a todo el mundo y seguir pagando la luz a la gente. El exdiputado advirtió que va llegar un momento en que la gente se le va a reventar por esta situación.

Pero también parece injusto que los hoteles que han venido usufructuando el turismo de San Andrés desde hace veinte años no tengan para pagarle dos meses de sueldo a sus empleados. ¿Qué hicieron con los recursos rentados durante 20 años? Se pregunta el exdiputado. Algunos dicen que rentan en otro lado, es decir, tienen sociedades inscritas en otras ciudades, añadió.

La mayoría de las cadenas de hoteles que venían funcionando en la ciudad tan pronto se decretó el cierre del comercio se abrieron de la isla y salieron corriendo, entre estas empresas se encuentran Decameron, On Vacation, la cadena Morales. En la ciudad se quedaron los hoteles pequeños, aquellos que son de acá de la isla.

Las cadenas hoteleras sencillamente dejaron a sus empleados a la deriva. Y fácilmente se acogieron a la ley que dice que usted puede mandar a sus empleados para su casa durante 60 días, al parecer solamente se les ha obligado a pagar el valor de la afiliación a la salud.

La cadena hotelera On Vacation le estuvo pagando a algunos de sus empleados, pero al grueso de los trabajadores los sacaron para la calle. Le están pagando a algunos empleados que les están cuidando los hoteles. A muchos los echaron y ni siquiera se le paga su derecho a la salud.

Un 18 por ciento de los almacenes de la ciudad ha cerrado sus puertas, eso significada que de unos 1.400 locales que hay en la isla, estamos hablando por ahí de unos 110 locales comerciales.

Portofino ha sostenido alguna parte de los empleados y a otros le ha ayudado con algo, pero no con sueldos completos. Portofino no es dueño de ningún hotel en la ciudad, es arrendatario de los hoteles donde está operando.

Por ejemplo, el apartahotel Las Américas está bien endeudado, porque se acaba de construir con préstamos de Bancolombia. Sus propietarios están supremamente endeudados.

Parece que los únicos hoteles que han sostenido a la mayoría de sus empleados durante esta pandemia han sido el hotel El Dorado y el Arena Blanca, explicó el portavoz.

El 18 por ciento de locales cerrados

En estos momentos más o menos un 18 por ciento de los almacenes de la ciudad ha cerrado sus puertas, eso significada que de unos 1.400 locales que se estima que hay en la ciudad, estamos hablando por ahí de unos 110 locales cerrados, porque no solamente hay que contar los del centro, también hay que incluir los que están en los barrios perimetrales, donde mucha gente ha ido cerrando sus negocitos pequeños y ya han estado entregando los locales.

Ahora, eso no se puede medir todavía, eso se verá en julio cuando regrese el grueso del comercio a trabajar y definitivamente no pueda sostener empleados, entonces van a tener que entregar el inmueble.

En la isla un 73 por ciento de las personas que venían trabajando antes de la pandemia quedará cesante.

En la isla un 73 por ciento de las personas que venían trabajando antes de la pandemia quedará cesante, es decir, entre aquellos que tenían un empleo formal y los que trabajaban en forma independiente.

San Andrés tiene más trabajadores en el campo de la informalidad, que empleados formales: por cada empleado formal hay 3 informales, porque aquí la gente vive del rebusque: vender frito, hacer uñas, vender frutas en la carretilla, vender coco loco, el trabajo de las cangueras, los que manejan lanchas, y sus respectivos ayudantes, los que trabajan en los cayos, hoyo soplador, carteros. Aquí hay mucha gente que labora en el área informal.

Es una gente que va a quedar a la deriva completamente, porque no hay manera de contratarla, ni nada que hacer por ella. Y ahí es donde el Gobierno departamental tiene que mostrar su liderazgo.

También se habla de reabrir el aeropuerto, pero eso no se podrá hacer hasta que el Gobierno nacional lo disponga. Parece que el presidente estaría abriendo el aeródromo a partir del primero de septiembre. Pero si vuelven los aviones al menos San Andrés no tendrá ningún problema, porque será muy poca la gente que va a venir a la isla.

Es muy obscuro el futuro de la isla

Ahora no se ve nada. Todo el mundo está como en un sueño, como en un letargo. Esperemos que llegue julio, que ya despertemos todos. En julio los bancos empezarán a cobrar lo que dejaron de recibir en estos tres meses. Será el primer totazo.

Entonces la gente comenzará a darse cuenta que ya no le van a seguir pagando más servicio de energía, que ya no le van a regalar más mercados, que los auxilios del Gobierno nacional se acabaron. Será un aterrizaje absoluto.

Es el momento del Gobierno del departamento demostrar su liderazgo y es sacar a licitación lo más rápido que pueda las obras que tiene para licitar este año para que la gente tenga trabajo.

Y el que se quedó sin empleo, debe ser consciente que se quedó sin empleo, porque lo van a liquidar, o lo van a echar, o porque el dueño del hotel o del almacén se va a declarar en quiebra y va a decir que no tiene plata con que pagarle.

Ahí es donde vamos a despertar todos. En julio es que vamos a ver la realidad. Ahora mismo no se ve nada, ahora hay gente en su casa, hay gente que le regalaron el mercadito, todavía hay gente que le están pagando la luz. La gente no está pagando arriendo, ni tarjeta de crédito, ni préstamo. La gente ahora mismo está como en un sueño.

En julio Bancolombia empieza a llamar: buenos días, es de aquí de parte de Bancolombia, queremos saber cuándo es que usted nos va a pagar la cuota de la tarjeta de crédito que nos debe. En seguida viene el arrendatario y le golpea la puerta, y le dice: ya está bien, ya llevas 3 meses sin pagarme, yo no puedo esperar más, o me paga, o te vas. Ya abriste la puerta de tu negocio, mira a ver cómo me consigues mi arriendo, porque tampoco te puedo esperar toda la vida. Entonces el empresario y comerciante de la isla comenzará a padecer la pandemia económica, señaló el exdiputado Luis Fernando Cañón Flórez.

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