Los peores días de la pandemia, para San Andrés, están por venir

El Gobierno nacional como el departamental tendrán que meterle la mano al comercio y al sistema de arriendo que se aplica en la ciudad si no quieren que la zona turística y la actividad comercial, se muera por completo.

Los peores días de la pandemia para el empresario, comerciante, propietario de inmueble y habitantes de la isla de San Andrés están por venir. Los meses que vendrán después de junio serán los más críticos que enfrentará la ciudad por su naturaleza de zona turística y centro de comercio, importante renglón de la economía mundial y nacional que a la postre será el más golpeado por el virus debido a la ausencia de visitante por el confinamiento obligatorio que debe tener la población para poder contener la propagación de la enfermedad.

A pesar de que la gente considera que Colombia y el archipiélago de San Andrés ya están en la vía de superar la enfermedad, gracias a las disposiciones del presidente de la República, ahora la situación para el empresario y comerciante de la isla se torna más grave porque tendrán que enfrentar al propietario del inmueble por el arriendo causado con unos almacenes cerrados y por tener también que responder en los próximos meses a las entidades bancarias por deudas contraídas desde antes del mes de marzo.

Por ejemplo, el propietario de un almacén ubicado en la avenida Las Américas paga la suma de 60.000.000 de pesos por arriendo mensual, pero como el establecimiento fue cerrado a partir de la tercera década de marzo, no ha habido plata para cancelar ni un solo mes de esta obligación.

Un empresario adeuda en arriendo la suma de 600.000.000 de pesos por cuatro de meses de tener cerrado su establecimiento comercial.

Ahora, otro comerciante propietario de cuatro almacenes localizados en sitios estratégicos de la urbe paga 140.000.000 de pesos mensual por estos establecimientos, es decir, que desde el mes de marzo para acá ha acumulado deudas en arriendo por la suma de 560.000.000 de pesos.

Pero otro empresario que también tiene regado por las mejores vías de la ciudad cinco almacenes, que le significan 150.000.000 de pesos mensual, quiere decir que a la fecha ha acumulado una deuda en arriendo por la suma de 600.000.000 de pesos, que no sabe cómo la va a cancelar.

Estos comerciantes, que han pedido a EL CORREO no revelar sus nombres, dijeron que en estos momentos no tienen dinero ni tampoco saben cómo hacerles frente a estas millonarias deudas que los propietarios de los inmuebles vienen exigiendo que se les cancele en forma completa, tal como lo estipula el contrato de arrendamiento.

Esta difícil situación que está padeciendo este grupo de empresarios, también la están sufriendo casi todos los dueños de almacenes que ustedes ven a lo largo de las avenidas de la capital del archipiélago.

La crisis ha obligado a los empresarios a fortalecer la organización para preparar una multitudinaria manifestación y bloquear toda el área del centro de la ciudad.

Con este impredecible y oscuro panorama para la economía de la isla que no se veía desde 1964, cuando fue cerrado el puerto libre, ha obligado a este grupo de empresarios a fortalecer la organización para preparar una multitudinaria manifestación y bloquear toda el área del centro de la ciudad donde se encuentran localizados sus establecimientos comerciales.

Ellos han anticipado que tanto el Gobierno nacional como el departamental tendrán que meterle la mano al comercio y al sistema de arriendo que se aplica en la ciudad si no quieren que la zona turística y la actividad comercial, que fue esta región antes de marzo pasado, se muera por completo. Explicaron que el turista y visitante que llega a la isla una parte se va a la playa y la otra mitad se dirige al sector comercial.

Muchos comerciantes que se encuentran desesperados consideraron que reabriendo sus almacenes la situación podría mejorar. Pero no ocurrió así, porque la vida del sanandresano depende ahora de la economía del ciudadano del continente colombiano.

Un ejemplo: El propietario de una perfumería que opera en la avenida 20 de Julio y que paga un canon de arrendamiento de 30.000.000 de pesos mensual, le contó a este medio de comunicación que el dueño del local le está cobrando 120.000.000 de pesos por los cuatros meses que han transcurrido de la pandemia con el almacén cerrado. Explicó que estaba ansioso por volver abrir su negocio luego que el Gobierno autorizó que podían reabrir sus puertas. El primer día vendió 40.000 pesos, el día siguiente vendió otros 20.000 pesos, entonces decidió cerrar el establecimiento y regresar nuevamente a la casa.

Una fórmula para salvar el comercio de la ciudad sería que los gobiernos nacional y departamental asumieran el costo del cincuenta por ciento del canon de arrendamiento.

El grupo de empresarios le dicen al Gobierno que una de las formas de ayudar al comercio sería facilitar los trámites para nacionalizar las mercancías, donde se autorice exonerar al comerciante de pagar su impuesto para tratar de dinamizar este renglón de la economía de la región.

También plantean una fórmula para salvar el comercio de la ciudad que consistiría en que los gobiernos nacional y departamental asumieran el costo del cincuenta por ciento del canon de arrendamiento; el comerciante pagaría el veinticinco por ciento, y el propietario del inmueble asumiría el valor de ese otro veinticinco por ciento.

Explicaron que están teniendo muchos inconvenientes con las autoridades en el proceso de nacionalización de la mercancía en el muelle departamental, pusieron como ejemplo los problemas que tienen afrontan con la Policía Fiscal y Aduanera, POLFA.

Asimismo, expusieron que los negocios de este grupo de empresarios emplean más de dos mil trabajadores, que son dos mil familias de la isla, que podrían quedar sin ningún sustento si la situación sigue empeorando como se ha podido observar cada día que transcurre en medio de la pandemia y no se propone ninguna solución a esta crisis económica y social.

Propietarios de los inmuebles vienen exigiendo que se les cancele en forma completa, tal como lo estipula el contrato de arrendamiento.

Diariamente se están cerrando más de diez negocios en la ciudad. Nada más al hotel Las Américas le han desocupados seis inmuebles en las últimas horas y en lo que resta de este fin de semana unos cuarenta almacenes que permanecen cerrados desde marzo, sus propietarios se aprestan a sacar la mercancía y entregar los inmuebles a sus propietarios.

Antes la isla era autosuficiente. De aquí se exportaban productos agrícolas a los Estados Unidos y de allá se traían artículos para el pueblo raizal, pero sus gobernantes acabaron con las fuentes de su economía, porque le dieron la espalda a la agricultura, la pesca y a otras actividades que preveían el sustento diario a la población, y la convirtieron en un apéndice del visitante colombiano al transformarla en una zona turística y comercial con las consecuencias incalculables que la población comienza a padecer.

Esto dice el presidente del Grupo Aviatur

El empresario y presidente del Grupo Aviatur, Jean Claude Bessudo, asegura que “el turismo no volverá a arrancar en forma mientras el mundo no esté vacunado, mientras no tenga curas ciertas, tratamientos ciertos y desaparezca esa pandemia. Cuando desaparezca, le doy un año para retornar a la normalidad para volver a inspirar confianza en las corrientes turísticas». Las empresas de viajes y hoteles, que representan el 90 por ciento del grupo, están completamente paralizadas.

El presidente del Grupo Aviatur, Jean Claude Bessudo, asegura que “el turismo no volverá a arrancar en forma mientras el mundo no esté vacunado, mientras no tenga curas ciertas, tratamientos ciertos y desaparezca esa pandemia.

«Está uno dispuesto a verse derrumbar el esfuerzo de una vida y seguir siendo uno mismo. Lo más importante es mantener los valores en la empresa, toda la parte ética, ponerse en los zapatos del otro, pagar todos los proveedores que podamos pagar. Al final, es actuar con los demás como nos gustaría que actuaran con nosotros», concluye el empresario.

Los pronósticos de Bessudo sobre el sector del turismo no son optimistas: «Para este año, llegaremos a un 20 por ciento de lo que fue nuestra actividad en diciembre del 2019. Tal vez, en diciembre del 2021 llegaremos al 50 por ciento, para alcanzar en el 2022 la normalidad».

Dice que esta crisis cambiará el panorama y va a modificar el mundo de los viajes. Con respecto a los viajes de negocios, Bessudo piensa que las empresas perfeccionarán los métodos de videoconferencia y así, disminuirán los viajes corporativos. Y en cuanto a los viajes personales y de placer, «la gente del exterior hacia Colombia va a buscar el turismo de naturaleza, donde aprovechemos toda la biodiversidad del territorio colombiano».

 

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